La estrella fue la musa indiscutible de la cinematografía italiana y última diva de los Años de Oro de Hollywood
La actriz italiana Gina Lollobrigida, una de las grandes estrellas de la historia del cine, falleció este lunes a los 95 años en su casa de Roma, según anunciaron los medios locales.
“La Bersagliera nos ha dejado. Con profundo dolor dan el triste anuncio su hijo, Milko, y su nieto Dimitri. La familia pide en este momento de gran dolor, por parte de los medios, el máximo respeto”, reza una nota de la familia publicada por los medios italianos.
Lollobrigida, musa indiscutible de la cinematografía italiana y última diva de los Años de Oro de Hollywood, fue ingresada en septiembre en una clínica de Roma tras sufrir una fractura de fémur, aunque recibió el alta.
Incansable como era, la actriz y artista se había incluso presentado a las elecciones generales del 25 de septiembre por la lista “Italia soberana y popular” con el Partido Comunista.
Lollobrigida nació en Subiaco el 4 de julio de 1927 y, tras la guerra, en su juventud, se mudó a la cercana capital italiana, Roma, donde empezó a estudiar.
Está considerada una de las grandes actrices del cine italiano, desde sus inicios en 1946 en “Aquila neta” de Riccardo Freda hasta trabajar con algunos de los directores más renombrados, como Pietro Germi, Mario Monicelli, Vittorio De Sica o Mario Soldati.
Su fama ascendió enormemente en las décadas de los cincuenta y de los sesenta, también por su papel en el ciclo “Pane, amore e…” de Luigi Comencini.
En aquellos años, la “Lollo” se dividía entre los estudios de Cinecittà de Roma y Hollywood, con trabajos inolvidables como “Beat the Devil” (La burla del diablo, 1953) con Humphrey Bogart, o “Trapeze” (1956) con Tony Curtis y Burt Lancaster.
Era “La donna più bella del mundo”, como recitaba aquella película de 1955 de Robert Z. Leonard, pero también la reina de Saba en el filme “Salomon and Sheba” de King Vidor con Yul Brynner, que tuvo que sustituir a Tyrone Power, muerto durante el rodaje.
En 2010 se casó en secreto con el empresario español Javier Rigau, treinta años menos.
Posteriormente la diva aseguró haberse casado mediante engaños y, tras un proceso judicial en el que Rigau fue absuelto, consiguió la nulidad matrimonial por parte del Vaticano.
Sus últimos años los ha pasado en su imponente villa en la Apia Antica de Roma acompañado por algún asistente, entre estos el joven Andrea Piazzola, de 35 años, acusado de expoliar su inmenso patrimonio.
Precisamente Piazzola ha sido llevado a los tribunales por los familiares de Gina, que obtuvieron la protección judicial de sus bienes.
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