“Sin la participación de las mujeres la Guerra de Abril hubiera sido más difícil”. Teresa Espaillat.
Santo Domingo. RD. – Las mujeres desempeñaron un papel protagonistas del pueblo, en lo inicio como una revuelta social, termino con guerra de abril del 1965, debido a la intención intervención de los Estados Unidos.
Las mujeres no solo realizaron tareas como suministrar comida, además participaron en los entrenamientos de uso de las armas e impartieron instrucciones a otros combatientes. Tareas diversas de logística como gestionar fondos y comida en el interior de país a través de contactos e incursiones fuera de la zona de guerra; servir de correo clandestino, tipificar sangres, organizar la atención a las personas heridas en los hospitales, distribuir documentos, trasladar armas, procurar combustible y enterrar a los muertos; tareas imprescindibles y riesgosas sin las cuales no hubiese sido posible la resistencia,
Mujeres de la revolución de abril de 1965
Hilda Gautreau
Se integró a la revolución de 1965 desde el Comando Médico y participó en los combates del Puente Duarte los días posteriores al 24 de abril.
Militante del Movimiento Revolucionario 14 de junio y posteriormente del Movimiento Popular Dominicano (MPD). Fue activista estudiantil y se graduó de abogada en la Universidad Autónoma de Santo Domingo(UASD).
Yolanda Guzmán
Fue una de las primeras mujeres combatientes caídas en la guerra de 1965. Murió mientras alentaba a los pobladores a tirarse a las calles a luchar contra la intervención fue fusilada por miembros del Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA) que defendía al gobierno golpista.
Emma Tavárez Justo
Dirigente del Movimiento Revolucionario 14 de Junio. Estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde se destacó como dirigente estudiantil, militó en el Partido Comunista Dominicano (PCD). En abril de 1965 se incorporó a las fuerzas constitucionalistas y fundó un centro para recibir combatientes heridos cuyos comandos no ofrecían condiciones para su convalecencia.
Piky Lora
Guerrillera en la insurrección armada del Movimiento Revolucionario 14 de junio en 1963 en el frente Juan de Dios Ventura Sismó que operó en las montañas de Ocoa.
Sufrió cárcel y exilio, y a su regreso al país en 1965 se unió a las fuerzas constitucionalistas desde el Comando Central del 14 de junio. Fue instructora militar en la Academia 24 de abril, abogada y especialista en materia de tierras.
Aniana Vargas
Se inició en la lucha contra la dictadura y partió hacía el exilio en 1959, donde se ligó intensamente a las actividades anti-trujillistas. De regreso al país, se integró al Movimiento Revolucionario 14 de junio. En abril de 1965 combatió en la zona norte de la capital bajo la dirección de Roberto Dubergé.
Años más tarde fundó una federación de campesinos para luchar contra los desalojos y por la preservación de la cuenca de los Ríos Yuna y Blanco.
En el Boletín del Archivo General de la Nación titulado: Participación de la mujer en la Guerra de abril de 1965 (ver testimonios) por Pedro De León C., recoge los testimonios de las siguientes mujeres, también protagonistas de esta hazaña histórica:
Venecia Juan, Edith Altagracia Ferreira. Fiume Bienvenida Gómez Sánchez, Milagros Concepción, Elvira Grecia Johnson Ortiz, Gisela Antonia Mercedes, Ana Joaquina Viñel Taveras (La China)
Causa de la revolución
El motivo del levantamiento armado fue el golpe de Estado de 1963 contra el gobierno del profesor Juan Bosch. En reclamo por la vuelta a la constitucionalidad, las fuerzas populares encabezaron una revolución triunfante que derrocó el gobierno golpista.
A cuatro días de la revolución, y con el fin de frustrar las aspiraciones de restablecer el gobierno legítimo que tenía y quería el pueblo, se produjo la intervención militar norteamericana en Santo Domingo. Con la llegada de las tropas invasoras a territorio dominicano, la revolución se convirtió en una guerra patriótica.
El frente constitucionalista resistió con heroísmo, pero debido la desigualdad, perdieron la guerra. La victoria moral, sin embargo, fue de tal magnitud que jamás en la historia dominicana ha sido posible desconocer la soberanía popular.
“Compañeras, estoy pensando que morir nada nos cuesta, que puede un golpe de plomo igual que un golpe de seda romper tu pecho y el mío esta noche, compañeras”. René del Risco Bermúdez.