Miles de personas optaron por quedarse en casa el lunes, temerosos de que hubiera más violencia conforme se profundiza la inestabilidad política en Haití
Dánica Coto y Evens Sanon / AP
Puerto Príncipe, Haití. –Escuelas y comercios en Haití cerraron sus puertas el lunes y grandes cantidades de policías patrullaban las calles mientras el país recordaba un aniversario sombrío.
El lunes no sólo se cumplieron siete meses del asesinato del presidente Jovenel Moïse en su residencia privada, sino que también era el final de su periodo. Opositores exigen que el primer ministro Ariel Henry deje el cargo bajo el argumento de que su gobierno es inconstitucional.
“Estamos en una situación en la que el temor toma el lugar de la paz”, dijo a The Associated Press Bocchit Edmond, embajador de Haití en Estados Unidos. “Nuestro país no puede seguir viviendo así”.
Miles de personas optaron por quedarse en casa el lunes, temerosos de que hubiera más violencia conforme se profundiza la inestabilidad política en Haití, aumenten los secuestros y las pandillas adquieren incluso más poder en un momento de derrumbe económico. Lionel Fortuné, un estudiante de leyes de 33 años, estaba entre los pocos que se aventuraron afuera y esperó mucho tiempo para que un autobús público pasara por las calles vacías.
“Este país se ha deteriorado por completo”, dijo. “No sabes con quién contar, en quién puedes confiar para dirigir al país por el camino correcto”.
Henry, el primer ministro, ha prometido crear un consejo electoral provisional pronto para allanar el camino a elecciones y afirma que se llevarán a cabo para finales de este año, mientras su gobierno intenta mejorar las condiciones de seguridad.
“El atroz asesinato del presidente Jovenel Moïse del año pasado ha llevado al país al borde del caos y nuestras instituciones son totalmente disfuncionales”, escribió en una columna de opinión publicada el domingo por The Miami Herald. “Mi misión y aquella del gobierno que presido es que nuestro país retome su curso para lograr la democracia lo más pronto posible”.
Actualmente, el país solamente tiene 10 funcionarios electos, ya que no logró llevar a cabo elecciones legislativas en octubre de 2019 en medio de un estancamiento político y protestas masivas, con Moïse gobernando por decreto durante más de un año antes de ser asesinado. Desde entonces, varios opositores han desafiado a Henry y nominado a sus propios líderes, medidas que el primer ministro no ha reconocido.
“Ninguna persona u organización puede nombrar, designar o elegir a un presidente”, escribió Henry. “Las elecciones son la única opción”.
Bocchit respaldó ese concepto y señaló que Henry no se designó a sí mismo como primer ministro, sino que fue nombrado al cargo por un presidente legítimo y elegido democráticamente. Aseguró que el proceso de elegir un consejo electoral se encuentra muy adelantado y llamó a la oposición a un diálogo con Haití para trabajar de manera estrecha, añadiendo que mantiene el optimismo en que se celebren elecciones.
“Mi único temor es ver que mi país no avance”, declaró Bocchit.
El funcionario restó importancia a las acusaciones de que Henry no es considerado un mandatario legítimo considerando que el procurador público, a quien Henry ya despidió del cargo, destacó que el primer ministro habló con uno de los principales sospechosos del magnicidio horas antes de que ocurriera. Henry ha dicho que ese día recibió varias llamadas y no las recuerda todas.
“Es una investigación abierta”, dijo Bocchit. “Dejémosle eso al sistema judicial”.
Uno de los grupos más reconocidos que se opone a Henry, el Acuerdo Montana, en honor del nombre donde se firmó, ha propuesto un periodo de transición de dos años que le permita a Haití crear un ambiente más seguro para los votantes. El organismo, integrado por miles de simpatizantes entre los que se incluyen varios políticos de renombre y líderes de la sociedad civil, recientemente nominó a Fritz Jean como su líder, un exgobernador del Banco de la República de Haití.
Jean dijo el sábado en un discurso que planea ponerse en contacto con más grupos y partidos políticos para encontrar solución a los problemas de Haití y resaltó que la violencia no es el camino hacia la democracia.
A medida que las figuras políticas levantan la mano para convertirse en el próximo gobernante de Haití, Fortuné lamentó el incremento en los precios de los alimentos de consumo básico y acusó al gobierno de no hacer nada por mejorar la calidad de vida de la población.
“Le economía tocó fondo. No puede caer más bajo. Nadie puede realmente sobrevivir”, puntualizó.