Soldiers from the 5th Infantry Brigade go in a pick-up truck during a security operation and search for suspects during the curfew, in a poor neighbourhood of Guayaquil, Ecuador, in the early hours of January 12, 2024. Ecuador’s armed forces were engaged in a brutal standoff with organized crime Thursday, deploying more than 22,400 soldiers to put down a campaign of terror waged by gangs that has claimed 16 lives.With an armed presence on the streets, patrols by land, sea and air, random body and car searches, prison raids and the enforcement of a curfew, the government of President Daniel Noboa has vowed not to yield in its «war» with 22 criminal gangs. (Photo by Yuri CORTEZ / AFP)

El gobierno del presidente Joe Biden está preocupado y no es para menos: desde el domingo el país vive atenazado por el miedo sembrado por bandas de narcotraficantes

Ecuador.- Estados Unidos puede ofrecer «una mano amiga» a Ecuador contra el narcotráfico, sobre todo en los puertos, para evitar que se convierta en el primer «narcoestado» de Sudamérica, explicaron analistas a la AFP.

La situación en el país latinoamericano es extrema, con «niveles atroces de violencia y terrorismo», advirtió este jueves el Departamento de Estado en un comunicado.

El gobierno del presidente Joe Biden está preocupado y no es para menos: desde el domingo el país vive atenazado por el miedo sembrado por bandas de narcotraficantes.

Pero hasta el jueves por la tarde Washington no aclaró cómo cooperará con el nuevo presidente ecuatoriano, el derechista Daniel Noboa.

Lo hará en varios frentes. Enviará al país a altos cargos, como la jefa del Comando Sur, la general Laura Richardson, y el subsecretario de la Oficina Internacional de Narcóticos y Aplicación de la Ley, Todd Robinson, así como a policías para ayudar «en investigaciones criminales».

La cooperación contra el crimen organizado es «muy conveniente» tras quedar mermada por la decisión del expresidente ecuatoriano de izquierda Rafael Correa (2007-2017) de expulsar una base militar estadounidense, declaró a la AFP Vanda Felbab-Brown, directora de la Iniciativa sobre Actores Armados No Estatales de Brookings Institution, con sede en Washington.

El esfuerzo debería centrarse en «la infiltración del crimen organizado en dos instituciones», los puertos y los aeropuertos, en «fortalecer los controles, reformar las prisiones para que sean mucho más seguras y desarrollar capacidades de investigación», explica.

Will Freeman, investigador para América Latina del centro de estudios estadounidense Council on Foreign Relations, también destaca la importancia de controlar los puertos. Ecuador necesita embarcaciones pequeñas para patrullar las aguas frente a sus costas y radares y equipos de detección de contenedores, enumera.

«Estados Unidos puede ofrecer una mano amiga en estos frentes» pero Europa también debería participar en la lucha, asegura a la AFP.

Felbab-Brown coincide con él y lanza una idea al aire: crear «un organismo internacional anticorrupción que fortalecerá el poder judicial», semejante a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).

LA TRAMPA

Pero advierte de no caer en la trampa de «una mala cooperación internacional».

«China está exportando de manera muy amplia y muy activa sus enfoques anticorrupción y anticrimen, muchos de los cuales se centran en el estado de vigilancia», afirma la experta.

«Muchos gobiernos latinoamericanos se interesan en estas tecnologías» inteligentes que prometen todo tipo de vigilancia pero conllevan «muchos riesgos», como la «falta de respeto por los derechos humanos y libertades civiles» y su posible uso «para espiar de forma furtiva», previene.

A nivel doméstico, Estados Unidos puede beneficiarse si la lucha contra el crimen organizado tiene éxito.

Las autoridades estadounidenses han interceptado más de 107.000 veces a migrantes ecuatorianos que cruzaron ilegalmente la frontera con México en 2023, muchos más que el año anterior, un tema que cobra especial relevancia en un año electoral.

En cualquier caso el tiempo apremia.

«Ecuador ya se ha convertido en un centro logístico para los narcotraficantes que envían cocaína a Estados Unidos y Europa, y si nada cambia, se encamina a ser el primer narcoestado en toda regla de Sudamérica», asegura Freeman.

El escritor y periodista italiano Roberto Saviano, un experto en mafias que vive desde hace años bajo protección policial, habla de «narcogolpe».

«El objetivo del narcogolpe no es tomar el poder, no es administrar con sus hombres, ni controlar el Estado. Lejos de eso. El narcogolpe quiere aterrorizar al país, restablecer su supremacía sobre el gobierno y obligarlo a negociar», escribe en el diario italiano Corriere della Sera.

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