Bibi afirmó a EFE que el veto de su marido se extiende a sus tres hijas y dos nueras porque, según él, que votaran «daría una mala imagen»
A Azra Bibi (nombre cambiado para proteger su identidad) le gustaría votar a su candidato favorito en las elecciones generales que Pakistán celebra el próximo jueves, pero la prohibición de su marido le impedirá ejercer un derecho garantizado por la Constitución.
Residente en el distrito de Upper Dir, en Khyber Pakhtunkhwa, Bibi afirmó a EFE que el veto de su marido se extiende a sus tres hijas y dos nueras porque, según él, que votaran «daría una mala imagen».
La participación de las mujeres en los comicios de 2018 se situó casi diez puntos por debajo de la de los hombres, con un 44,03 % frente al 55,97 % masculino según la Comisión Electoral de Pakistán, que fue el primer país musulmán del mundo en contar con una primera ministra, Benazir Bhutto, quien elegida por primera vez en 1988.
La participación de las mujeres en las elecciones, sin embargo, es drásticamente menor en regiones conservadoras como partes de Khyber Pakhtunkhwa o Punjab.
«Nos dijo que no salgamos el día de las elecciones, porque cree que sería un insulto para él si fuésemos al centro de votación rodeadas por tantos hombres», lamentó Azra Bibi.
Los datos electorales de los comicios anteriores reflejan que este veto afecta a muchas mujeres de la región: en Upper Dir un 68,51 % de los hombres votaron frente a un 31,49 % de las mujeres.
EFE